miércoles, 17 de julio de 2013

Intereses + Tiempo

-.TEMA DE REALIDAD ACTUAL.-
EL TIEMPO VUELA

En la actualidad, sentimos que los días se nos hacen cortos, que no nos alcanza el día. ¿Realmente el tiempo pasa más rápido ahora que antes? ¿Existe algún fenómeno inexplicable al respecto?



Si usted ha viajado en automóvil desde la capital hacia San Miguel o viceversa, habrá notado que al límite de velocidad el trayecto tarda unas dos horas y media. Hace unos 15 años atrás, este mismo recorrido tardaba, en algunas ocasiones, hasta cuatro horas. Antes la carretera estaba en pésimo estado y hoy en día está mucho mejor, lo que permite recorrerla en menor tiempo.

Pero, a pesar de lo anterior, si tú eres menor de 20 años e hiciste este mismo recorrido cuando tenías, digamos, unos cuatro años de edad, recordaras que ese viaje de dos horas y media parecía eterno, demasiado largo. Pero era sumamente corto cuando, para fortuna de tus padres, te quedabas profundamente dormido al momento de partir de viaje y te despertabas en el punto de llegada. Hoy, ya adulto, el viaje no es tan largo como parecía cuando eras pequeño y es obvio que el trayecto y el tiempo recorrido son los mismos, pero su percepción de ambos ha cambiado.
Estos ejemplos parecen encajar con la experiencia que tienen muchas personas actualmente: la mayoría de nosotros sentimos que el tiempo pasaba muy lentamente cuando éramos niños y se va acelerando a medida que envejecemos. En estos días, es muy común escuchar a personas decir: “¡Qué rápido pasó el año¡ ¡Ya va a ser Navidad!”. Más dramático aún, para los que son padres de familia, notaran que no ha pasado mucho tiempo desde que sus hijos estaban pequeños y ahora ya son adolescentes y se preguntan ¿por qué ha pasado tan rápido el tiempo?


CUESTIÓN DE PERCEPCIÓN.-
En nuestro día a día vemos colores, escuchamos sonidos y sentimos texturas. Algunos aspectos del mundo, al parecer, se perciben a través de un sentido en particular. Otros, como las formas, se perciben a través de más de un sentido. Pero, ¿qué sentido o sentidos usamos para percibir el tiempo? Ciertamente, esta percepción no está asociada a algún sentido en particular. De hecho, parece extraño decir que podemos ver, oír o tocar el paso del tiempo. Incluso, si a todos nuestros sentidos se les impidiera el funcionamiento por un momento, aun así podríamos notar el paso del tiempo a través de la modificación del patrón de nuestros pensamientos. Talvez tenemos una facultad especial, distinta a la de nuestros cinco sentidos para la detección del tiempo. O talvez, como parece más probable, nos damos cuenta del tiempo a través de la percepción de otras cosas. Pero, ¿cómo?

Diversos sondeos realizados por psicólogos a estudiantes universitarios demostraron que casi todos ellos sienten que el tiempo pasa más rápido ahora en comparación a cuando ellos tenían la mitad o un cuarto de su edad actual. Quizá lo más llamativo es que estos experimentos demostraron que cuando a personas mayores se les pide que adivinen cuan largo es un periodo de tiempo, usualmente muestran que estiman una cantidad de tiempo menor a la que los jóvenes perciben.

Casi siempre, tomamos conciencia de esta “aceleración del tiempo” a medida nos aproximamos a los 30 años de edad, cuando la mayoría de nosotros nos hemos “establecido” en la vida. Tenemos puestos de trabajo estables, estamos casados, formando un hogar y nuestras vidas están más enfocadas en la rutina diaria (el trabajo, volver a casa, cenar, ver la televisión, ir al gimnasio, ir al cine el miércoles por la noche, ir a tomar una cerveza con los amigos los viernes. Asimismo, la rutina anual de los cumpleaños, aniversarios, días festivos y vacaciones). Después de unos años, empezamos a darnos cuenta de que el tiempo que nos lleva a ejecutar estas rutinas parece estar disminuyendo con relación al pasado, como si estuviéramos caminando dentro de una rueda que está cobrando velocidad con cada rotación que damos.

Esta agilización de la rutina es probablemente responsable del fenómeno que los psicólogos llaman “efecto telescopio”: que es nuestra tendencia a pensar que los acontecimientos pasados han ocurrido más recientemente de lo que realmente son. Matrimonios, defunciones, nacimientos de los niños. Cuando miramos hacia atrás, estos eventos y otros hechos significativos de nuestra vida, a menudo nos sorprende que sucedieron hace mucho tiempo cuando sentimos que fue hace poco.

Esta tendencia de las personas a percibir los acontecimientos recientes como más remotos de lo que son, y de percibir los acontecimientos lejanos como más reciente de lo que son, es lo que se conoce como efecto telescópico. Más específicamente, en el primer caso, se conoce como “telescopía hacia el pasado”, y el otro como “telescopía hacia el futuro”. Entre ambas hay un punto donde los eventos tienen la misma probabilidad de ser desplazados hacía atrás como hacía adelante en el tiempo.


TEORÍA PORPORCIONAL.-
Entonces, ¿por qué experimentamos esta aceleración del tiempo? Una respuesta popular es la teoría de la “proporcionalidad”. Esta sugiere que, a medida que envejecemos, cada periodo de tiempo de nuestra vida constituye una fracción pequeña de un todo. Esta teoría parece haber sido presentada por primera vez en 1877 por Paúl Janet, quien la describió como: “La longitud aparente de un intervalo en una época determinada de la vida de un hombre es proporcional a la longitud total de su vida”. En otras palabras, por ejemplo, un niño de 10 años sentirá el paso del tiempo como 1/10 de toda su vida y un hombre de 50 años lo percibirá como un 1/50 de su vida.

Mejor dicho, a la edad de un mes, una semana es una cuarta parte de toda la vida de una persona; así que es inevitable que un niño perciba que el tiempo dura para siempre. A la edad de 14 años, un año constituye alrededor del 7% de su vida, por lo que parece ser una gran cantidad de tiempo también. Pero a la edad de 30 años, la semana es más que un pequeño porcentaje de su vida, y a los 50 años un año es solo el 2% de la vida de esta persona, por lo tanto, su sentido subjetivo es que el tiempo pasa con mucha más rapidez.
Hay algo de sentido en esta teoría, ya que ofrece una explicación del porqué la velocidad del tiempo parece aumentar de manera gradual y uniforme con una consistencia casi matemática.




TEORÍA BIOLOGICA.-
Existen varias hipótesis dentro del marco teórico y una de ellas interpreta este fenómeno en que la aceleración del tiempo está ligada a cómo nuestro metabolismo se realiza o hacemos lenta una actividad o un proceso, o disminuimos su velocidad gradualmente a medida que envejecemos. Debido a que los corazones de los niños laten más rápido que el de una persona adulta, los niños respiran más rápido y la sangre les fluye más rápidamente. Por lo tanto, necesitan más tiempo para “funcionar” sus relojes biológicos en el espacio de 24 horas que nosotros los adultos. Los niños sientes más largo el tiempo porque simplemente se están moviendo a través del tiempo más rápido. Pensemos en un reloj que está configurado para funcionar un 25% más rápido que uno normal., después de 12 horas de funcionamiento este habrá cubierto tres horas del tiempo normal, después de 24 horas de funcionar habrá cubierto 30 del tiempo normal, lo que significa que, desde el punto de vista del reloj, un día ha contenido mucho más tiempo de lo habitual, cuando en realidad es el mismo periodo.

Otro punto de vista biológico  es la teoría de la “temperatura del cuerpo”. En 1930, el psicólogo Hudson Hoagland llevó a cabo una serie de experimentos que demostraron que la temperatura del cuerpo hace que las diferentes percepciones del tiempo cambien.

Hoagland puso a prueba su percepción del tiempo a diferentes temperaturas, y encontró que cuanto más alta era su temperatura, más tiempo parecía ralentizarse este, y cuanto mayor era la temperatura más tiempo experimentaba cada periodo de tiempo.

El punto importante aquí puede ser que los niños tienen una temperatura corporal más alta que los adultos, lo que puede significar que el tiempo se “expande” más para ellos. Y, de una manera similar, la temperatura de nuestro cuerpo se vuelve gradualmente más baja a medida envejecemos.


TEORÍA PERCEPTUAL.-
Sin embargo, muchos expertos consideran que la mejor manera de explicar esta percepción de la aceleración del tiempo es a través  de lo que se conoce como “teoría perceptual”. La percepción del tiempo plantea una serie de rompecabezas intrigantes, incluyendo lo que significa decir que percibimos el tiempo.
¿Qué es la “percepción del tiempo”? En sí, esa misma expresión invita a una objeción. En la medida en que el tiempo es algo diferente de los acontecimientos, no percibimos el tiempo como tal, pero los cambios o eventos en el tiempo sí. Sin  duda, no percibimos los acontecimientos, sino también sus relaciones temporales.

¿Podemos percibir una relación entre dos eventos sin percibir también los propios eventos? Si no es así, entonces parece que percibimos ambos eventos como un presente, percibidos como simultáneos, no consecutivos. Así que básicamente es un engaño de nuestra mente en relación al tiempo.


EN CONCLUSIÓN.-
El tiempo no se está acelerando. Se necesita la misma cantidad de tiempo para que la Tierra se mueva alrededor del sol ahora, tal como lo hizo hace 100, 200 o mil años atrás. Podemos decir que el tiempo es siempre en mismo.

Pero debido al frenético estilo de vida del mundo actual, queremos hacer tantas cosas a la vez que nos vemos atrapados en un espiral de trabajo, llegar a tiempo y terminarlo todo, que hacen que percibamos el tiempo demasiado corto y cuando menos sentimos “no nos ha ido volando”, sintiéndonos frustrados.
En el proceso, esta espiral está cobrando cada vez más, no solo nuestro tiempo, sino nuestras vidas. Para evitar este ciclo de frustración, es necesario detenernos un par de minutos al día y observar de vez en cuando lo que nos rodea, comer un helado, observar el cielo, contemplar las estrellas o simplemente ver el tiempo correr lentamente.

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