lunes, 29 de abril de 2013

El Karma


KARMA:
LEY DE CAUSA Y EFECTO

Karma significa “actuar” y se refiere a que las acciones que una persona realiza en vida definirán estados sucesivos de eventos en su futuro. En la cultura occidental, al karma se le conoce como la ley de causa y efecto.

Una frase de la filosofía Zen dice: “Todo el mundo sabe que los naranjos crecen de semillas de naranja. Que los manzanos de semilla de manzana. Pero, ¿por qué deberíamos pensar que las cosas buenas pueden crecer a partir de las semillas de la maldad?... Porque no creemos en la ley de causa y efecto”.

La ley mencionada anteriormente forma parte de la filosofía milenaria de las religiones orientales. En ellas, a esta ley se le denomina como karma, que significa “actuar”.  Y la definen como la suma de las acciones de una persona en uno de sus estados sucesivos de su existencia. Ellos consideran que toda acción del individuo en su vida presente decidirá su destino para la próxima vida. En sánscrito, karma significa “acción volitiva que se lleva a cabo en forma deliberada o conscientemente”. Aseguran que el karma es la diferenciación que caracteriza a los seres humanos y que les distingue de las demás criaturas del mundo.
La teoría del karma, si lo deseamos plantear como ciencia, se basa en el principio newtoniano de que toda acción produce una reacción igual y opuesta. En otras palabras, cada vez que pensamos o hacemos algo, creamos una causa que, con el tiempo, dará sus efectos correspondientes. Y esta causa y su efecto cíclico genera el concepto del samsara o el ciclo de nacimiento, vida, muerte y, posteriormente, la reencarnación.  Es decir, la personalidad de un ser humano –con sus acciones positivas y negativas- genera un efecto en su otra vida o en su vida presente que constituye el karma.

Se considera que el karma se puede generar por las actividades del cuerpo o la mente, con independencia de la consideración de si el rendimiento trae frutos de inmediato o en una etapa posterior.



SU PROPIA OBRA.-
Cada persona es responsable de sus actos y pensamientos, por lo que el karma de cada persona es enteramente su propia responsabilidad. Los occidentales vemos e interpretamos el funcionamiento del karma como fatalista. Pero eso está lejos de ser cierto, ya que está en manos del mismo individuo darle forma a su futuro, a través de la fabricación de su presente.

La filosofía hindú, considera que el karma se concretiza en la reencarnación o en la vida después de la muerte. Sostienen que si el karma de una persona es lo suficientemente bueno, su próxima vida será gratificante; y si no, la reencarnación podría degenerar en una forma de vida más baja. A fin de lograr un buen karma, es importante vivir la vida según el dharma o hacer todo lo que es correcto.


TRES TIPOS DE KARMA.-
De acuerdo con las formas de vida elegida por una persona, su karma se puede clasificar en tres tipos: El karma satvik, que es sin apego, desinteresado y en beneficio de los demás; el karma rajasik, que es egoísta, donde el foco está en las ganancias para sí mismo y solo en lo que a mí me interesa; y el karma tamasik, que se lleva a cabo sin prestar atención a las consecuencias, son personas sumamente volátiles y salvajes.


LA ACCION LIBRE.-
Conforme a las escrituras hindús, la disciplina de la acción libre (karma nishkama), puede conducir a la salvación del alma. Por lo que recomiendan que uno debe permanecer al margen en el ejercicio de sus funciones en la vida.

Tal como dice la escritura sagrada hinduista Bhagavad Gita: “Para el hombre que piensa en los objetos surge el apego hacia ellos. Del apego, el deseo surge, y del deseo surge la ira y de la ira viene la ilusión y el engaño y la perdida de la memoria. De la perdida de la memoria, la ruina y la discriminación, y en la ruina y la discriminación, perece”.


GANAR EN LA VIDA.-
Al entender lo que es la teoría del karma, se obtiene un plan brillante para ganar todo en la vida. Usted se puede encontrar en cualquier situación actualmente y tener éxito. En la cultura occidental se piensa en el karma como un efecto más directo en relación estrecha con la ley de causa y efecto.

Los occidentales consideramos que es en esta vida en la que se paga nuestro karma. Consideramos que es un efecto inmediato, casi en días u horas. De hecho, se piensa que todos los sistemas basados en la fe religiosa que trabajan para ayudar a las personas en el acto de la vida y el logro de sus metas, tienen en su centro una base sólida basada en una comprensión de cómo la acción individual y colectiva (karma) crea una reacción o respuesta a eventos y le da forma a nuestra vida.


LA LEY DE CAUSA Y EFECTO.-
Desde el punto de vista del budismo, las matemáticas y la ciencia en general tratan de explicar cómo y por qué suceden las cosas. Al igual que la ciencia, el budismo reconoce la existencia de la ley de causa y efecto en la naturaleza y en la física, y le llaman niyamas.

Esta ley posee los mismos principios de la ley de gravedad o la inercia: “Todo lo que sube tiene que bajar”. Subir es la causa y bajar es el efecto. Estas leyes físicas no están dirigidas por Dios, quien castiga o premia por nuestras acciones. Por ejemplo, si tenemos un amigo que saltó de un edificio y murió, no levantamos los ojos al cielo y exclamamos: “¡Maldita gravedad acabas de matar a mi amigo!”. Del mismo modo, si usted constantemente causa daño a otras personas y siempre tiene mala suerte, no tiene sentido culpar a Dios o a los demás. Usted mismo provocó ese efecto.

El budismo afirma que las decisiones que toma un individuo serán como semillas que, al ser sembradas, producirán frutos que son los resultados de estas acciones. El budismo recomienda preceptos de comportamiento que se fundamentan más en la experiencia que en un estilo tirano de hacer leyes arbitrarias. Son algo así como las enseñanzas que un padre da a su hijo al explicarle a este los efectos nocivos de fumar. No es que el padre sea antitabaco, pero si teme sobre las consecuencias del tabaquismo sobre su hijo.
Estas enseñanzas están basadas en la amarga experiencia, conocimiento y mejor comprensión que tiene el padre de las enfermedades y posible muerte que le pueda causar el fumar.

Así como el niño, nosotros podemos entender las ideas básicas y usar nuestra imaginación para percibir que, en realidad, estas reglas son aún más beneficiosas de lo que nos parecen.

Ninguna cosa en nuestro planeta existe de manera independiente. Es decir, no existe nada en la tierra que no fuera creado por algo más. Todo se crea y modifica constantemente y, si pensamos profundamente sobre esto, podemos notar que todo tiene muchas implicaciones en el resultado de lo que nos rodea, un hecho que constantemente ignoramos y que es tan evidente. Pero los humanos nos comportamos como si todo lo que existe en el mundo es permanente y como que nosotros fuéramos el centro del Universo.

El karma deja una huella mental como resultado de los actos volitivos de una mente engañada. Estas acciones pueden tener una cualidad positiva o negativa, pero también pueden tener lo que conocemos como una “justicia poética”. Esto significa que toda acción, buena o mala, que hayamos hecho a menudo se vuelve en la misma forma que se hizo. Esto hace que sea más fácil detectar cuando sucede un efecto de karma en nuestra vida.


UN EJEMPLO.-
El multimillonario estadounidense John Rockefeller pasó su vida ideando maneras inteligentes para regalar dinero a los necesitados. Cuando el gobierno hizo quebrar sus empresas, él luchó contra ellos; pero cuando finalmente ellos le ganaron, para sorpresa de todos, Rockefeller hizo una fortuna aún mayor de la que tenía.
De aquí surge una explicación: Rockefeller dio, en forma inteligente, el dinero que había ganado con tanto esfuerzo a las personas necesitadas. Sembró una semilla de generosidad, y cuando él estuvo en una situación similar, el efecto de sus acciones provocaron una reacción que se tradujo en lo que él había dado a los demás: dinero.

Algunas veces nos hemos preguntado ¿por qué me sucedió esto a mí? Según las leyes de acción y reacción, lo que nos sucede en la actualidad es solo el resultado de nuestras acciones pasadas. En el caso de que nuestras acciones afecten a familiares y amigos cercanos, en donde las relaciones son más estrechas, las probabilidades de un efecto karma es mucho más directo e inmediato.

Para un budista en las relaciones de amor, donde existe un vínculo afectivo fuerte, todo lo que sembremos se cosechará mucho más rápido. Si la causa es sembrar amor, los efectos serán cosechará amor. Si se siembra dolor, se cosechará dolor.

Por ésta razón, es importante resolver los conflictos con las personas más cercanas a nosotros. En última instancia, si hemos sembrado maldad, no hay forma de evitar los resultados en esta o en tu próxima vida. Es tan simple de explicar como que a cada acción existirá una reacción.


EL KARMA. En esta ilustración, se observa que el karma es un efecto cíclico que pasa de una vida a otra. El budismo y el hinduismo consideran que todos nuestros actos en la actualidad se pagaran en la próxima vida o en esta.



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